viernes, 26 de octubre de 2007

Primer turno de alegaciones (1 de 4)

Estimada señoría:

Tengo a bien dirigirme a vuecencia a través de esta misiva y no en persona debido a un contratiempo de última hora que me surgió al conocer mi obligación de comparecer ante este tribunal. Sin entrar en detalles le aclararé que debido a un extraño caso de priapismo no podré presentarme personalmente y estimo oportuno presentar, si usted me lo permite, mis alegaciones vía postal.

Según una lectura exhaustiva de mi abogado a su notificación, deduzco que he sido imputado por usted por el delito de piratería discográfica, término el cual he decidido buscar en el Real Diccionario de la Lengua. Espero que no le importe saber que, debido a mi ínfima economía he tenido que buscarlo en internet y no en el diccionario original y asimismo espero que esto no altere la posible opinión que usted pueda tener de mí. En dicha consulta pude encontrar los siguientes términos:

Piratería.

(De piratear).

1. f. Ejercicio de pirata.

2. f. Robo o presa que hace el pirata.

3. f. Robo o destrucción de los bienes de alguien.

Para empezar declarar mi ignorancia y perplejidad sobre el primer término: Jamás pensé que los piratas hicieran deporte. El cine nos tiene muy equivocados. Pero creo que mi imputación corresponde a los dos términos siguientes. Tras leerlo detenidamente y tras arduas horas de intento de comprensión no consigo ubicarme dentro de dichos términos. Mi abogado me explicó que dicha denuncia ha sido interpuesta por una asociación dirigida por un señor del que me voy a permitir no pronunciar su nombre y al cual llamaremos en adelante por un alias que he considerado correcto. El señor en cuestión, Don “Teddy Porculo”, dice que yo he realizado un robo a los derechos de autor de diferentes artistas a través de programas P2P, lo cual no creo que sea posible ya que los únicos programas que utilizo en mi ordenador son el Emule y el Bitorrent. Respecto a lo de los robos sobre los derechos de autor me temo que es imposible que un obrero como yo pueda meter mano a dichos derechos, ya que antes que yo, ya se han encargado de robárselos las compañías discográficas a los artistas. Pregunten si no a los propios artistas que, tras trabajar arduamente en la composición de los temas, deben ceder estos derechos a unos señores con corbata que no han colaborado en absoluto en la culminación de dicha obra. De no hacerlo (y todo esto según tengo entendido…) estos artistas no podrán considerarse como tal y deberán pasar a un escalafón inferior de la cadena. Curiosamente estos hechos se corresponden con el término número 3 encontrado en el Real Diccionario de la Lengua. Dicho esto le insto a que venga a registrar mi casa, y en caso de no encontrar dichos documentos (aunque a veces dudo, ya que mi mujer lo esconde todo) le aconsejaría que interpusiera la susodicha denuncia sobre el antes citado Sr. Teddy Porculo y no sobre una persona normal y corriente que ante mi incapacidad monetaria tengo que llegar a tales extremos que no puedo comprarme ni siquiera un disco y me los tengo que bajar de Internet.

Sintiendo profundamente mi ausencia ante su venerable presencia le saluda y se pone a sus pies.

Musiquiatra

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